jueves, 22 de mayo de 2008

DE VEZ EN CUANDO

siempre miraba en la puerta
en el suelo a la entrada por si había algún papelito
por si se te había ocurrido pasar
por si habías sentido la necesidad de pasar
y siempre que volvía de Viña
tenía el sueño de encontrarte ahí
sentada en la puerta sentada en la escalera
y siempre te saludaba
y así me aliviaba,
en una ínfima medida me aliviaba.
también cuando los perros ladraban mucho
pensaba que eras tú que podías ser tú
porque así le ladran los perros a las personas que no conocen
y el viento en las ramas del damasco
y en las hojas
y el viento en las plantas
también eras tú
también podías ser tú
y los perritos que vienen a pedir cáscaras de queso
también podías ser tú pero nunca fuiste tú
nunca en ninguno de estos casos fuiste tú
siempre fue el viento
y los perritos
y los pasos de otras personas
y los ladridos para otras personas
y ya no te confundo con los pies de los perritos
y ya no te confundo con el viento entre las ramas
y ya no te confundo con el viento entre las hojas
y ya no te confundo con el viento entre las plantas
y ya no te confundo conmigo y ya no me confundo contigo
y ya no nos confundo a los dos
PERO IGUAL
Hay/ cosas/ de las que/ es preferible/ no hablar/y/ de/ una/ de ellas/ estoy dejando/ de hablar aquí

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